Unión mostró una cualidad que se venía reclamando en Mendoza, al ganar un partido muy difícil contra un duro Independiente Rivadavia.

Unión había tenido una primera parte del año en la que, desde el punto de vista deportivo, no pudo cumplir con los objetivos trazados, a pesar de la buena suma de puntos que logró en la Copa de la Liga.

Sin embargo, no pudo llegar a los cuartos de final, que era su máxima aspiración.

De esta manera, todas las esperanzas estaban puestas en tener un buen inicio en la Copa Argentina, en una parte del cuadro con grandes sorpresas, donde si se metía en los 16avos de final iba a enfrentar a rivales de menor jerarquía, tomando como referencia que luego Temperley eliminó a River por penales.

Todo esto llevó a que Cristian González reconsiderara su situación al frente del equipo, pero después de una extensa reunión con los dirigentes, encabezados por el presidente Luis Spahn, lo convencieron para que continuara en su cargo y los frutos de esta decisión se están viendo con el buen arranque en la Copa de la Liga.

El Tatengue sumó un sufrido triunfo en su estreno ante Banfield en el 15 de Abril, pero luego no pudo aprovechar el hombre de más durante todo el tiempo, con lo cual el punto que se llevó de Alta Córdoba ante Instituto tuvo un sabor a muy poco.

Pero lo pudo refrendar con una convincente victoria ante Barracas Central en Santa Fe, mientras que ante Independiente Rivadavia en Mendoza dio una gran prueba de carácter.

Primero, porque es el mismo plantel y el entrenador los que se ponen la presión de pelear arriba y de ir a la carga por grandes objetivos, ya que de mínima se plantean conseguir un boleto para que Unión pueda disputar algún torneo internacional en 2025.

Y, luego, porque para volver a la punta del Torneo de la Liga Profesional debía vencer en Mendoza a un Independiente Rivadavia que venía en alza con Martín Ciccotello como entrenador, y que también tenía la chance de quedar como puntero si obtenía los tres puntos.

Unión jugó el peor partido de los cuatro que lleva disputados, ya que nunca pudo imponer condiciones, tuvo escasas chances de gol, sintió demasiado la ausencia en la generación de juego de Mauro Luna Diale y se prendió en el juego que propuso Independiente Rivadavia, debido a que de estar ganando y con un hombre menos terminó aguantando el resultado con uñas y dientes, en inferioridad numérica.

De esta manera, el lunar con el cual se volvió de Mendoza tiene que ver con las expulsiones de Bruno Pittón y Adrián Balboa, dos jugadores titulares y muy importantes en la consideración de Cristian González, lo que invitará a que deba agilizar el ingenio para reemplazarlos en el próximo partido ante San Lorenzo.

Pero hay una materia que aprobó Unión en Mendoza, la cual tenía pendiente desde hace mucho tiempo, tomando como referencia los empates que sufrió en el final ante Central Córdoba y Lanús, que lo privaron de llegar a cuartos de final de la Copa de la Liga.

Es que Unión supo destrabar un partido muy difícil, y luego supo sufrir en inferioridad numérica ante un rival que se le fue encima, más allá de que le faltó claridad para poner en riesgo el arco de Thiago Cardozo.

De esta manera, mostró el carácter, la personalidad y el temperamento, que si los puede afianzar serán claves para ir por grandes objetivos.