Edmundo González era un diplomático venezolano que prefería no molestar a nadie.

Hablaba poco y no iniciaba conversaciones, pero cuando alguien le hablaba, respondía con una sonrisa tímida.

Era uno de los últimos diplomáticos de carrera en la Cancillería venezolana, ya que casi todos sus colegas habían sido reemplazados por funcionarios leales a Hugo Chávez.

Mientras un nuevo mundo surgía, el suyo se hundía y quedaba sepultado.

Con los pocos en quienes confiaba, bromeaba y se divertía, mostrando un punto burlón y disfrutando de contar anécdotas de grandes figuras políticas que había conocido.

Extrañaba jugar al tenis y dedicaba su tiempo a leer y escribir libros eruditos.

Pasaba mucho tiempo con su esposa en su apartamento en Caracas.

Sin embargo, casi 20 años después, Edmundo González se encontró en el centro de la vida política venezolana, un lugar del que siempre había huido.

A los 74 años, aceptó enfrentarse a Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de 2024, después de haber asesorado a la oposición desde la distancia.

A los 75 años, derrotó a Maduro, quien se negó a aceptar la derrota y juró mantenerse en el poder, causando desconcierto en la comunidad internacional.

El último movimiento de Edmundo González cambió todo el tablero político en Venezuela.

Decidió exiliarse en España, una decisión que tomó el pasado sábado.

El gobierno de Pedro Sánchez intentó mantenerlo en secreto, pero otros países se enteraron y filtraron la noticia.

La noticia sorprendió a muchos, y en la negociación participaron figuras como el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el embajador español en Caracas, Ramón Santos.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, dijo que se trataba de una petición de asilo.

En los detalles del exilio de Edmundo González participaron los hermanos Rodríguez, Delcy y Jorge, quienes forman el núcleo duro alrededor de Maduro.

El propio presidente de Venezuela dio su beneplácito para que su principal competidor se exiliara.

El fiscal Tarek William Saab también estaba al tanto de los detalles y había emitido una orden de captura contra Edmundo González, amenazando con llevarlo a la cárcel.

Edmundo González aceptó ir a España y, en cuestión de horas, se subió a un avión de la Fuerza Aérea española y cruzó el océano.

Durante el vuelo, tuvo un momento de tranquilidad, sin cobertura de teléfono ni wifi.

Se despidió de su patria y de Caracas, sin saber si alguna vez volvería a verlas.

En la embajada española, el chavismo le exigió que reconociera los resultados del Tribunal Supremo de Justicia, que avaló el fraude electoral, pero Edmundo González se negó y exigió la liberación de los presos políticos.

La oposición venezolana tuvo que cambiar de estrategia.

María Corina Machado, quien había transferido todos sus votos a Edmundo, esperaba más resistencia en un momento crucial de la historia de Venezuela.

Ahora, la lucha desde el interior la hará Machado, mientras que Edmundo González se encargará de internacionalizar el conflicto desde el extranjero.

En España, la llegada de Edmundo González generó polémica.

El Partido Popular criticó al gobierno por no reconocerlo como presidente electo de Venezuela.

El gobierno español, por su parte, ofreció a Edmundo González permanecer indefinidamente en la residencia del embajador español en Venezuela, pero él propuso irse.

Veinticuatro horas después de llegar a Madrid, Edmundo González difundió un mensaje agradeciendo al gobierno español por acogerlo y protegerlo.

La polémica pasó de las redes sociales al Congreso, donde se aprobó una proposición del Partido Popular que instaba al gobierno a reconocer a la candidata de la Plataforma Unitaria Democrática como ganadora de las elecciones venezolanas.

El PSOE se opuso, alegando que la posición común de la UE era no reconocer la victoria del chavismo ni de la oposición, sino insistir en la publicación de todas las actas electorales y buscar una salida negociada.

Edmundo González se encuentra en medio del fuego cruzado entre España y Venezuela, y entre el gobierno de Sánchez y el Partido Popular.

También debe navegar las contradicciones de la oposición venezolana.

Aún no se sabe si acudirá al debate del Parlamento Europeo en Estrasburgo, pero se espera que aparezca en una manifestación en Madrid el 28 de septiembre.

Espero que esta versión parafraseada con más detalle te sea útil.