ser feliz y divertirse', señala en una entrevista telefónica con el programa de Antena 3.

A lo largo de su enfermedad, cuenta que sus nietos, Luisito y Fran de 12 y 10 años, eran su mejor medicina.

'Eran su bálsamo para seguir viviendo.

Y una de las cosas que más feliz le hacía era ir con nosotros los domingos a jugar al golf.

Al principio él les ganaba, pero ahora jugaban los tres contra mí.

Era muy divertido', recuerda con nostalgia.

Formaban una familia muy unida.

Luis Ortiz pasó sus últimos días de vida en compañía de su hijo y de su exmujer, Gunilla von Bismarck.

A pesar de haberse divorciado en 1989, nunca se separaron y Gunilla fue su mayor apoyo en los momentos más delicados de su enfermedad.

'Estamos destrozados.

Mi madre, aunque sea alemana y pueda ser un poco más fría, es bastante de corazón y muy española.

Está sufriendo mucho', asegura Fran.

'Tiene sus momentos como los tengo yo.

Lo está pasando mal.

Nos acordamos muchísimo de mi padre porque era un genio.

Nos hacía felices cada día, sobre todo a mi madre, que para ella ha sido lo más especial que ha tenido nunca'.

Luis Ortiz era todo alegría y su adiós deja un gran vacío en sus corazones.

Luis Ortiz y Gunilla von Bismarck se casaron el 7 de octubre de 1978 en el castillo de Friedrichsruhe en Schleswig-Holstein (Alemania).

El 1 de mayo de 1980 dieron la bienvenida a su único hijo, Francisco José, cuya madrina de bautismo es la reina Silvia de Suecia.

Pese a su separación, siempre permanecieron unidos.

'El divorcio del 89 salvó su matrimonio, su respeto y cariño por el otro.

Yo me he ido de vacaciones todos los años con los dos', destaca su hijo, economista de profesión y que en noviembre de 2010 tuvo dos hijos.

La última vez que se les vio juntos fue hace apenas unos meses, en abril, en un enclave icónico de la jet-set marbellí fundado por el príncipe Alfonso von Hohenlohe.

'Ha sido feliz, más quisiéramos nosotros vivir lo que él vivió', comenta su hijo.

Si algo caracterizaba a Luis Ortiz era su pasión por la vida y por hacer felices a los demás.

'Mi padre vivió intensamente cada día y ha dejado un legado de felicidad y recuerdos que siempre llevaremos con nosotros', concluyó agradeciendo el pésame y todas las muestras de cariño recibidas.