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Chile - Contenido web acerca de Hongo cándida auris
Javier Acosta, un colombiano de 36 años y ferviente seguidor del equipo Millonarios F.
C.
, sufrió un accidente de moto en 2015 mientras viajaba al estadio Doce de Octubre en Tuluá para ver un partido entre Cortuluá y Millonarios.
Este accidente lo dejó en silla de ruedas y, posteriormente, desarrolló osteomielitis, una infección ósea que se agravó con el tiempo.
En 2019, durante unas vacaciones familiares en Melgar, al suroeste de Bogotá, su condición empeoró.
El 28 de agosto, dos días antes de someterse a la eutanasia, Javier compartió un video en sus redes sociales explicando su decisión.
Relató que la infección había comenzado a expandirse, lo que eventualmente le causó cáncer en la sangre.
Ante la falta de opciones de tratamiento y la baja calidad de vida, solicitó la eutanasia al tribunal médico, y su petición fue concedida.
Además, se menciona el hongo Candida auris (C.
auris), conocido por su resistencia a la mayoría de los tratamientos antifúngicos y su capacidad para causar infecciones graves.
Aunque es raro que afecte a personas sanas, puede ser extremadamente peligroso para aquellos con condiciones preexistentes.
El hongo se propaga principalmente a través de superficies contaminadas o fluidos corporales de personas infectadas.
Algunas personas pueden estar colonizadas por C.
auris, facilitando su propagación, especialmente en hospitales y residencias de ancianos.
Una vez que el hongo ingresa al cuerpo, puede infectar el torrente sanguíneo y diversos órganos, convirtiéndose en una amenaza seria y difícil de tratar.
Los síntomas de una infección por Candida auris pueden ser similares a los de otras infecciones, lo que complica su diagnóstico y generalmente requiere pruebas de laboratorio específicas.
El tratamiento de esta infección se realiza con antifúngicos diseñados para inhibir el crecimiento del hongo o eliminarlo por completo.
Sin embargo, la eficacia de estos tratamientos depende en gran medida de la gravedad de la infección al momento del diagnóstico, y en muchos casos, el hongo puede mostrar resistencia al tratamiento, complicando aún más su manejo.
El agua, especialmente cuando no está adecuadamente tratada, puede ser un medio de propagación de virus, bacterias y hongos.
La falta de saneamiento en el agua puede dar lugar a la propagación de diversas enfermedades, incluyendo poliomielitis, cólera, hepatitis A y diarreas severas causadas por E.
coli, entre otras.
En el caso de las piscinas, aunque generalmente se tratan con cloro y otros productos químicos, la humedad constante puede crear un ambiente favorable para la proliferación de hongos, aumentando el riesgo de infecciones.
La limpieza y desinfección rigurosas son esenciales para prevenir la adhesión de microorganismos a las superficies cercanas.
Las medidas preventivas incluyen ducharse antes y después de usar la piscina para eliminar posibles patógenos de la piel y evitar el uso de la piscina si se tienen heridas abiertas o erupciones cutáneas.
Es fundamental que el agua de la piscina se mantenga en un estado óptimo; si el agua está turbia o desprende un olor desagradable, podría estar contaminada y es recomendable evitar el baño.
Incluso en piscinas con agua de buena calidad, donde muchas personas comparten un espacio pequeño, existe un riesgo, aunque reducido, de contagio.