Claro, aquí tienes una versión más detallada del texto:El Athletic sufrió para ganar, porque a veces un detalle lo cambia todo.

Después de dominar al equipo local en la primera parte y marcharse al descanso con dos goles de ventaja, que pudieron ser más, la expulsión de Jauregi por derribar a Sandro cuando avanzaba hacia el área, y el gol del delantero canario en la acción posterior, le dieron la energía suficiente a la Unión Deportiva para acosar la portería de Agirrezabala y rondar el empate hasta el final.

Se quedaron sin el premio, que por lo que pasó en la primera mitad hubiera sido injusto, pero por el despliegue de la segunda parecía lo más probable.

Cuanto más se habla de Nico Williams, más aparece su hermano Iñaki, que sigue ahí, manteniendo su jerarquía en el equipo, a pesar de los oropeles que adornan a su hermano y su evidente proyección mediática.

Las tres asistencias del mayor de la saga fueron oro puro para el conjunto de Ernesto Valverde.

Las dos primeras para certificar la superioridad absoluta de su equipo en la primera parte, y la tercera para sacar a los rojiblancos del embrollo en el que se habían metido, dar aire y ganar tiempo hasta el pitido final.

Nada más comenzar, apenas habían pasado siete minutos, Iñaki recibió un pase largo de su colega De Marcos, corrió la banda derecha como siempre, en la primera acción seria del Athletic y asistió en paralelo.

Guruzeta dejó pasar la pelota, que hizo una primera mitad colosal, tuvo la sangre fría como para controlar la pelota en un palmo de terreno y batir a Cillesen, para inaugurar el marcador.

A la media hora, en el segundo gol bilbaíno, el guardameta holandés recibió el acoso de Williams en un balón largo, tuvo que salir fuera del área y despejar de cabeza; el balón descontrolado le cayó a Nico, que se la dio a su hermano y éste se la devolvió para que el pequeño se estrenara esta temporada con un disparo ajustado al poste.

Las Palmas no compareció en la primera parte y en el Gran Canaria se escucharon los primeros silbidos, pese a los esfuerzos de Moleiro por hacer funcionar a su equipo y la actitud inasequible al desaliento de Sandro, pero después de la expulsión de Jauregi y el error de cálculo en el gol del delantero canario, se lanzó feroz por el partido, de nuevo para tocar hacia atrás un pase de Berenguer en la segunda jugada de un córner.

Paredes, que había subido a rematar el saque de esquina, lo empujó a la red.

El gol enfrió un rato el ambiente en el estadio, pero Las Palmas siguió acosando el área del Athletic y todavía estrechó el marcador Alex Muñoz en una mala salida de Agirrezabala.

Quedaban muchos minutos y los rojiblancos sufrieron hasta el final en un partido que se les acabó haciendo larguísimo.

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